Tras recibir el primer lote de muestras del anillo inteligente R02, cada miembro del equipo del proyecto asumió un papel importante. No solo éramos diseñadores e ingenieros, sino que también nos pusimos en la piel de los consumidores y probamos el producto personalmente. Este paso fue crucial, ya que nos permitió obtener una experiencia de usuario de primera mano, la forma más directa de comprender y evaluar las fortalezas y debilidades del producto.
Tras recopilar los informes de experiencia de los miembros del equipo, nos topamos con nuestro primer reto: los datos y los comentarios eran variados, lo que indicaba que nuestro producto necesitaba optimización y ajustes en diversas áreas. En concreto, en nuestra primera reunión interna de experiencia, identificamos la necesidad de mejorar más de 40 funciones, incluyendo algoritmos de sensor G, algoritmos de monitorización de la frecuencia cardíaca, conectividad Bluetooth (BLE) y algoritmos de carga, entre otros. Este descubrimiento dio inicio a un intenso ciclo de pruebas, recopilación de problemas, reuniones para debatir soluciones, programación para corregir errores y búsqueda de soporte técnico de fabricantes de equipos originales (OEM) de circuitos integrados (CI), seguido de más pruebas. Este proceso se repitió continuamente, marcando nuestra optimización continua de los algoritmos R02.
Tres meses pasaron rápidamente y recibimos el segundo lote de muestras R02. Esta vez, todos los miembros del equipo recibieron la última versión de la muestra y reanudamos nuestras respectivas tareas de mejora del producto. Los 36 miembros del equipo del proyecto, tras seis rondas de pruebas de muestras y un ciclo de siete meses de pruebas, mejoras y producción de prueba, finalmente entraron en la fase de producción de prueba a gran escala.
En ese momento crítico, todos sentíamos la presión. Sabíamos que transformar con éxito un proyecto de investigación y desarrollo en potencia productiva y convertir un prototipo en un producto de producción en masa suponía el mayor reto: lograr una producción en masa eficiente. Este era el obstáculo más difícil que todo proyecto debía superar antes de salir al mercado.
En nuestro equipo de 36 ingenieros de investigación y desarrollo, la cualificación mínima era una licenciatura. Nuestra dedicación al trabajo y las expectativas para el proyecto superaron con creces el estándar. Sin embargo, fue este alto estándar el que planteó mayores desafíos, ya que las diferencias en emociones, habilidades manuales y profesionalismo entre los trabajadores de primera línea de producción podían generar diversos problemas en el proceso de producción.
Al acercarse la fecha oficial de lanzamiento del producto, el ingeniero jefe del proyecto, el Sr. Gao, tomó una decisión sin precedentes: capacitar a todo el personal para supervisar de cerca el proceso de producción en masa y la calidad del R02. Esto significó que nuestros 36 ingenieros participarían directamente en la línea de producción, una primicia en la historia de COLMI. A pesar de que los gastos diarios en viáticos ascendían a casi diez mil yuanes, la alta dirección de COLMI decidió no escatimar en gastos para guiar el proceso de ensamblaje y la inspección de calidad de los trabajadores de la línea de producción para garantizar que el R02 brindara la mejor experiencia de usuario.
En lo que, en broma, llamamos la "Batalla del Anillo", la supervisión colectiva de la producción por parte de todo el equipo del proyecto R02 fue ardua. Sin embargo, cada vez que pensábamos en la posibilidad de que, entre los más de 8 mil millones de habitantes del mundo, alguien llevara el anillo inteligente R02 que diseñamos, que registra sus pasos, actividades y ritmo cardíaco, sentíamos que todos nuestros esfuerzos valían la pena. Creíamos que cada pequeño esfuerzo podría cambiar la vida de alguien en un lugar lejano.
Tu oportunidad de vivir una experiencia increíble
Hora de publicación: 03-abr-2024
